lunes, 25 de mayo de 2009

QUE ES EL CELIBATO???

Una de las condiciones exigidas por la Iglesia para ordenar sacerdotes es el celibato. Pero no todos comprenden qué es propiamente el celibato. En el común de la gente el celibato significa que los sacerdotes tengan la libertad de casarse. Si fuera eso, entonces no se podría hablar de celibato sino de soltería. Es decir de un estado de vida abierto a nuevas posibilidades. Quienes asumen el celibato por el Reino de los Cielos lo hacen de una vez y para siempre.
El celibato, es antes que nada un don, una gracia, un regalo de Dios y al mismo tiempo una respuesta libre del hombre. Nadie está obligado a asumirlo. Sería ir en contra de la naturaleza prohibirle a alguien a casarse u obligarlo a hacerlo. Cada uno tiene el derecho de elegir de acuerdo con el don recibido.
Lo que la Iglesia hace elegir para el sacerdocio a hombres que antes han adoptado el celibato como estado permanente de vida.
En el imaginario colectivo parecería que a quienes aspiran al sacerdocio ministerial se los obliga a ser célibes. Y no es así, los que se presentan como candidatos al presbiterado ya han optado (o deberín haber optado) por el celibato. La contrapartida, es decir la posibilidad que queda y podría ser la modificación que muchos esperan, es que se acepte para el sacerdocio a hombres casados. Esto es a personas que han hecho otra opción, que lejos de ser contraria al celibato, es otro don, otro carisma.
Así como el Concilio Vaticano II admitió a hombres casados para el diaconado permanente, también hoy podría admitirse a hombres casados para el sacerdocio ministerial. Pero eso está lejos de aquella afirmación que muchos hacen "que los curas se puedan casar". Aceptar eso sería pedir que se renuncie a una opción hecha para toda la vida.
En un mundo hipersexualizado, el celibato sigue siendo un signo de amor entregado totalmente, no a una persona o a una familia, sino a Dios y a la humanidad. Es evidentemente un signo de contradicción porque lo que en realidad se ha perdido es el valor de la castidad. Quienes afirman que la vida celibataria es mala o enfermiza o contraria a la naturaleza humana, no pueden ver su belleza porque viven enceguecidos por la sexualidad mal entendida. En el fondo de una sexualidad sin amor, porque en difinitiva el celibato es una cuestión de amor. Querer entenderlo solamente como el no ejercicio de la genitalidad o la sexualidad, sería como hablar de matrimonio sin amor. Es un pacto, una alianza amorosa de corazón a corazón.
Mi pregunta es sin en la formación inicial actual, en la casa, y para quienes aspiran al sacerdocio en el seminario, estas cosas están claras?
Recuerdo que en mi época de formación no se hablaba de estos temas. Se daba por supuesto. Pero todos conocían en verdad que su primera opción era el celibato? o llevados por su amor al sacerdocio lo asumían como una obligación más? Creo que la diferencia es notable. Una cosa es asumir algo convencido de que es un valor para mí y otra que se tome como una obligación. En este segundo caso se tornaría una pesada carga para toda la vida y fácilmente se podría argüir como una presión.
Por eso, leyendo en estos días el comentario de algunos sacerdotes argentinos me preguntaba qué entendieron ellos por celibato, qué confusión tienen en su cabeza?, incluso un religioso, cuyo voto de castidad es uno de los pilares de su vida consagrada, sabe lo que eso significa??? porque en ese caso sí que no puede entrarse en discusión, pero ese es tema de otra reflexión.
Por último, argumentar que por culpa del celibato hay pederastas, violadores, etc., es negar que se trata de enfermedades previas a cualquier condición de vida. La enfermedad no es causada por el celibato, sino que desgraciadamente, muchos se refugian en él para esconder sus defectos.