martes, 2 de junio de 2009

NUEVO PENITENCIARIO

Santo Padre nombra a nuevo Penitenciario Mayor

VATICANO, 02 Jun. 09 (ACI).- El Papa Benedicto XVI nombró a Mons. Fortunato Baldelli, hasta ahora Nuncio Apostólico en Francia, Penitenciario Mayor de la Penitenciaría Apostólica, en reemplazo del Cardenal Francis Stafford.

El Cardenal Stafford, estadounidense de 76 años de edad, presentó su renuncia por límite de edad.

Mons. Baldelli hasta ahora era Nuncio Apostólico en Francia. Cumplirá 74 años el 6 de agosto. Es sacerdote desde 1961 y obispo desde 1983.

La Penitenciaria Apostólica es el organismo encargado de la absolución de censuras y de dispensas reservadas al Papa y lo concerniente al fuero interno. Es asimismo la institución que concede gracias jubilares e indulgencias.

Muchos se preguntarán cual es la función del penitenciario. La nota lo dice claro pero es lógico que no se comprenda bien.
Trataremos de dar una explicación.

A diferencia de cualquier otro ordenamiento jurídico, el Derecho Canónico, prevee que quienes cometen ciertos delitos, incurran en una pena automáticamente. Es decir, cometido el delito se cae en la pena.

En la Iglesia las penas pueden ser medicinales: excomunión, entredicho, suspensión (sólo para los clérigos); expiatorias: prohibiciones, privaciones, etc.; también existen los remedios penales o penitencias que no son propiamente penas sino que se utilizan para morigerar la grevedad de éstas o agravarla.

La pena más grave es la excomunión, ya que aparta a quien ha incurrido en ella de la comuión plena con la Iglesia, prohibiéndole recibir los sacramentos. Tanto en ella como en las otras penas medicinales se puede incurrir directamente o bien ser sancionados por la autoridad.

Cuando alguien incurre automáticamente en una pena, esto afecta al fuero interno de la conciencia, salvo que luego esa pena sea declarada por la autoridad. Si esto no sucede, la persona no está obligada a revelar su situación, pero debe buscar el modo de que su sanción le sea quitada.

¿Quién puede quitar esa pena? la autoridad que establezca el derecho. Hay penas reservadas al Ordinario (Obispo, Vicarios Generales y Episcopales) y otras a la Santa Sede.

La persona cuando va a confesarse hace referencia de su situación. Si el confesor tiene autoridad delegada para hacerlo, puede quitar la pena y dar una penitencia. Es el caso de quienes incurren en excomunión automática por haber practicado un aborto (c. 1398). Si el confesor no tuviera esa potestad delegada, el penitente deberá recurrir a la autoridad correspondiente. Puede hacerlo por si mismo o por medio del confesor. Si se trata de la Santa Sede, el pedido debe hacerse a la Penitenciería Apostólica, la cual está presidida por el Penitenciario Mayor.
Otra misión es la de regular las indulgencias, pero ese es otro tema.