miércoles, 13 de mayo de 2009

EL CELIBATO SACERDOTAL Respuesta a Cristina

Estimado P. Juan Morre:

Hace unos días conocí a un ex-sacerdote que ha fundado una asociación de ex-sacerdotes que aseguran que el celibato es una forma de represión y aparentan estar felices en su nuevo estado de vida como casados. La verdad, yo noté en sus ojos y en sus palabras un dejo de rencor y una especie de melancolía, pero no supe qué decir y todos los que estaban en la reunión se quedaron convencidos de que la Iglesia era una "tirana" por exigir el celibato a los sacerdotes. ¿Me puede explicar u orientar para tener una respuesta atinada en este tipo de casos?
Cristina

Estimada Cristina:

Sin duda es muy difícil pretender responder desde la teoría, a una situación como la que se plantea, en la que sin duda influyen muchos aspectos de la vida de la persona (afectos, sentimientos, psiquis, formación espiritual, doctrinal, intelectual, etc.)
¿Qué es el celibato?
Técnicamente hablando es no casarse. Pero debemos ir más a fondo para comprenderlo.
El celibato es un medio valiosísimo para vivir con alegría la disponibilidad total a las necesidades de la Iglesia y de los hombres, ya que el célibe se consagra por entero al servicio de Dios y de los demás y a la administración de los sacramentos. En otras palabras el sacerdote, siendo célibe, se puede entregar por completo a todos los hombres ¿Sería esto posible si tuviese que atender a una familia y mantener unos hijos? ¿Podría amar con corazón indiviso a todos los hombres?

En esto aparecen varios elementos.

En primer lugar hay que considerar la libertad de la persona. Ni Dios ni la Iglesia obligan a nadie a asumir el sacramento del orden. Es un don de Dios concedido a la Iglesia. Dios da pastores a su pueblo. Por lo tanto aquél que se sabe llamado por el Señor, da una respuesta libre después de un largo proceso de formación.

Esa respuesta libre, asume todo lo que significa ser sacerdote: también el celibato que, como dice Paulo VI, es una riqueza para la Iglesia. Se supone que el sí que cada uno da, es meditado a la luz de la Palabra de Dios con todas sus exigencias y renuncias, como así también considerando la propia vida y las posibilidades de responder que cada uno tiene.

En segundo lugar el celibato es un don, un regalo de Dios que no es para todos, y que en el hoy de nuestra historia es exigido para la recepción y el ejercicio del sacerdocio. Por lo tanto en la Iglesia latina la presencia de este don puede considerarse junto con otras cualidades como signo de verdadera vocación. Quien no lo tiene, insisto, en el hoy de la
Historia de salvación, puede considerar que tampoco posee el llamado.

Un tercer elemento a considerar es la importancia de la formación para el amor que aquél que tiene el don del celibato por el Reino de los cielos, debe recibir. Muchas veces esta formación se reduce al aspecto genital o de relación con el otro sexo, sin considerar los aspectos positivos de la renuncia. Quien está llamado al celibato no renuncia al amor, por el contrario, es convocado a un amor superior, sobrenatural. Por ello nadie puede sentirse solo si descubre este amor.

En cuarto lugar debemos considerar en serio quién es el que llama. Aquél que nos invita a su seguimiento de un modo mas exigente "deja todo y sígueme", Él fue el primero en hacerlo y no sin esfuerzo. No juzgo, ni es mi tarea hacerlo, a quienes no pudieron mantener su promesa. Creo que es mejor que pidan la pérdida del estado clerical y la dispensa del celibato, antes que llevar una doble vida.

Pero me parece que antes de eso, deben buscar los medios para permanecer fieles. Buscar la ayuda de sus superiores, que a veces no es suficiente; la amistad sacerdotal, la oración sincera. Ante la crisis el sacerdote debería preguntarse por qué se siente solo, qué es lo que lo impulsa a buscar una compañía que pone en peligro su decisión vocacional.
Sin duda, mantenerse célibe, es decir que sí cada día al Señor. Y sin duda el sí es la vida toda: el trabajo pastoral, la oración, la liturgia, la predicación, en fin, la dedicación al ministerio.

Cuando alguien falla en alguna de estas cosas o no es feliz, entonces busca sucedáneos y lo mas fácil será encontrarlo en aquello en lo que el hombre es más débil.

Debemos volver a pregonar la pureza entre nuestros jóvenes. Debemos gritar que la virginidad y el celibato son un bien precioso que todos debemos custodiar. Tenemos que decir que todos, aun los casados, estamos llamados a la castidad, al buen uso del sexo.

Debemos acentuar el amor como el primer valor de la relación humana y repetir que el
ejercicio de la sexualidad es signo de ese amor entregado en el matrimonio; que la renuncia a ese ejercicio es el signo del amor en el célibe o la virgen y que la pureza, la continencia de quienes están en búsqueda, manifiesta la verdadera fuerza del amor.

No creo que esto sea contradictorio si algún día la Iglesia permitiera el ministerio sacerdotal a hombres casados. Hoy no es así. Quienes hemos sido llamados a ser célibes no debemos preocuparnos por eso. En todo caso la preocupación debería pasar por la necesidad de atender adecuadamente al pueblo de Dios.

Si alguno no puede hacerlo, que no tema, la Iglesia que es Madre, tiene la solución por medio de la pérdida del estado clerical y la dispensa del celibato (c. 290 y 291). Si alguno no puede mantenerse fiel a su promesa, que tampoco se ponga en contra.

Termino con una consideración de san Anselmo: "Si alguno no comprende el misterio, que no lo rechace ni se oponga a él, sino que baje humildemente la cabeza y lo adore".

EL PAPA EN TIERRA SANTA

Leyendo las noticias de la visita del Papa a Tierra Santa, la Tierra de Jesús, me sentí gratamente impactado por el compromiso pastoral, social y político que asumió nuestro Pontífice Máximo.
No soy experto, pero creo que es la primera vez que un Papa habla con tanta claridad de un tema tan delicado como el que viven los Palestinos e Israelíes en ese lugar.
Sin miedo a las injustas e interesadas críticas que sufre, Benedicto XVI, hace oír su voz sin importarle el qué dirán o cómo lo tomarán los líderes del mundo. Mensajero de la Paz, Profeta del Amor, se dejó abrazar por el dolor de quienes sufren la persecución, el odio y la violencia.
El Papa, como siempre dio la cara y en el nombre de Dios dijo lo que debía decir.
Esta es la noticia de miércoles 13 de mayo, 3:30 PM de Reuters

Por Philip Pullella y Mustafa Abu Ganeyeh
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BELEN, Cisjordania (Reuters) - El Papa Benedicto XVI habló el miércoles bajo la sombra del fortificado muro israelí que separa a Belén de Jerusalén, llamándolo un trágico signo de estancamiento en la lucha por la paz en Oriente Medio.

"Dominándonos (...) está un duro recordatorio del estancamiento al que las relaciones entre israelíes y palestinos parecen haber llegado: el muro", señaló el Pontífice en un discurso en una escuela de Naciones Unidas en el campamento de refugiados Aida, a metros del muro.

En un mundo en que las fronteras se abren para viajes, comercio y cultura, dijo, "es trágico ver que se siguen levantando muros".

"Rezamos por un fin a las hostilidades que han causado que este muro sea construido", añadió Benedicto XVI, el primer papa en ver el muro.

Este no existía cuando su antecesor, el Papa Juan Pablo II, visitó Tierra Santa en 2000. Israel comenzó a levantar una barrera de cercas y concreto a través y alrededor de Cisjordania en 2002, de lo que dijo era una acción para frenar una oleada de ataques con bomba palestinos.

Los palestinos, respaldados por la Corte Mundial, dicen que es una construcción ilegal que roba y divide su tierra.

La delegación del Vaticano pasó lentamente a través de tres grandes puertas de acero en la fortificada barrera de bloques de concreto y puestos de control, para llegar hasta el pueblo donde los cristianos creen que nació Jesús.

En las antiguas calles de la localidad, muchos palestinos se concentraron para escuchar y dar una cálida bienvenida al líder de los 1.100 millones de católicos del mundo, que apoyó su aspiración de lograr la independencia.

Gritos de "Viva el Papa, viva Palestina", se escucharon mientras lanzaba su primera visita a Belén como pontífice.

"Es comprensible que a menudo se sientan frustrados", dijo el Papa. "Sus aspiraciones legítimas de tener hogares permanentes, de un Estado palestino independiente, siguen si cumplirse. En su lugar se encuentran atrapados (...) en un espiral de violencia", afirmó Benedicto.

Era el tipo de imágenes y lenguaje que los palestinos habían estado esperando de la visita de un día del Papa a Cisjordania.

Pero el Papa nacido en Alemania, que fue criticado en Israel por lo que los judíos percibieron como falta de emoción en los comentarios que realizó sobre el Holocausto, enfatizó en que habían dos lados en el conflicto.

MURO DEL APARTHEID

Reiterando un mensaje que ha dado desde el inicio de su gira a Oriente Medio el viernes, el Papa dijo al llegar a Belén que el Vaticano "apoya el derecho de vuestro pueblo a una patria palestina soberana en la tierra de vuestros antepasados, segura y en paz con sus vecinos".

La solución de "dos Estados" para el conflicto entre israelíes y palestinos, es respaldada por el presidente palestino Mahmoud Abbas, por naciones árabes y occidentales, pero el nuevo primer ministro israelí Benjamin Netanyahu es reacio a aceptarla.

Dando la bienvenida al Pontífice, Abbas denunció "el muro del apartheid" israelí, llamándolo parte de los esfuerzos del Estado judío por expulsar a los cristianos y musulmanes palestinos de Tierra Santa.

El presidente palestino habló de "opresión, tiranía y expropiación de tierra" y dijo que los palestinos querían un futuro "sin ocupación, puestos de control, muros, prisioneros y refugiados".

Una enorme bandera palestina colgaba ante el Papa mientras daba misa para unas 5.000 personas en la Plaza del Pesebre, que está al lado de la Iglesia de la Natividad donde los cristianos creen que Jesús nació en un establo.

Se escucharon aplausos cuando expresó su preocupación por los palestinos en la Franja de Gaza, controlada por los islámicos de Hamas, que sufrieron en enero una dura ofensiva israelí en la que murieron más de 1.000 personas. Dijo que rezaba porque Israel "levantara pronto" el embargo a Gaza.

También destacó qué raro es que Belén esté asociada con la alegría y la renovación del nacimiento de Jesús "y, sin embargo, esta magnífica promesa esté tan lejos de cumplirse".

Miles de cristianos de Belén han huido al extranjero desde el levantamiento palestino en los años posteriores al 2000, que desató una ofensiva israelí para mantener la seguridad y la construcción del muro.

"Cada vez hay menos cristianos palestinos, pero tenemos fuerza", dijo Kandra Zreineh, una mujer de 45 años que tiene cuatro hijos y vive en un pueblo cerca de Belén. "Estamos orgullosos de esta visita porque somos pequeños y creo que él podrá marcar una diferencia para nosotros. Sigo creyendo en los milagros".

En su mensaje de llegada, Benedicto XVI reconoció las preocupaciones israelíes por la seguridad al igual que el sufrimiento palestino, e instó a la población a no "recurrir a actos de violencia o terrorismo" sino a buscar una verdadera paz con sus vecinos.

"En ambos lados del muro, se necesita gran valor para superar el temor y la desconfianza , para resistir el impulso a vengarse por pérdidas o heridas", sostuvo.

(Reporte adicional de Reuters Jerusalén y Belén; escrito por Douglas Hamilton; editado por Hernán García, Gabriela Donoso)

SACROSANCTUM CONCILIUM

La Sacrosanctum Concilium fue promulgada al final de la segunda sesión de trabajo, concretamente el día 4 de diciembre de 1963. La votación final es elocuente del grado de consenso que se alcanzó en aquel momento: 2158 votos a favor y solamente 4 en contra, es decir casi unánimemente.
Es un documento eminentemente teológico. No se ocupa de los ritos en sí mismos sino de los contenidos de fe que tienen que expresar.

Está estructurada en dos partes

 Principios doctrinales
 Normas prácticas

Esta estructura responde al esquema teología celebración, o sea a la esencia de toda la teología litúrgica. Celebramos lo que creemos y creemos lo que celebramos. De ese modo se evita caer en los extremos del rubricismo (si sólo se refiriera a la praxis) o del pensamiento vacuo y sin sentido (si sólo se refiriera a la teología). No se puede celebrar sin conocer el contenido de la celebración y no se puede conocer la teología de la liturgia sin celebrar. La celebración es escuela y al mismo tiempo necesita ser pensada. Podemos decir que la teología litúrgica es teología práctica.
Tanto en su introducción o proemio, como en el primer capítulo tenemos un compendio de teología litúrgica, que asume los conceptos nacidos del movimiento li-túrgico.
El capítulo I aborda los principios fundamentales de la liturgia y lleva el título “Principios generales para la reforma y fomento de la sagrada liturgia”.
Los números 5-13 hablan de los aspectos doctrinales y son el núcleo de toda la Constitución.
El objetivo final de la Constitución lo encontramos en el primer número, “Este sacrosanto Concilio se propone acrecentar de día en día entre los fieles la vida cris-tiana, adaptar mejor a las necesidades de nuestro tiempo las instituciones que están sujetas a cambio, promover todo aquello que pueda contribuir a la unión de cuantos creen en Jesucristo y fortalecer lo que sirve para invitar a todos los hombres al seno de la Iglesia. Por eso, cree que le corresponde de un modo particular proveer a la reforma y al fomento de la liturgia”.

Sumario
 Proemio: primado indiscutible de la liturgia. Tiene la función de guiar al pueblo de Dios en su peregrinar por la tierra.
 Capítulo I. Naturaleza e importancia de la liturgia. 5-46
 Capítulo II: El misterio Eucarístico.47-58
 Capítulo III: Los demás sacramentos y los sacramentales. 59-82
 Capítulo IV: El oficio divino. 83-101
 Capítulo V: El año litúrgico. 102-111
 Capítulo VI: La música sagrada. 112-121
 Capítulo VII: El arte y los objetos sagrados. 122-130
 Apéndice referido a la fijación de la fecha de la Pascua y de un calendario perpetuo.


El Vaticano II coloca la liturgia en el contexto de la revelación como Historia de salvación. La obra de la salvación continuada por la Iglesia se realiza en la liturgia (SC 6). Es la transmisión ( y en este sentido verdadera Tradición), del misterio salvífico de Cristo. Se ve así el misterio de Cristo en su permanente actualización y presencia. S.S. Juan Pablo II nos señala cuáles son los principios directivos de la Constitución :

 La actualización del misterio Pascual
 La lectura de la Palabra de Dios
 La Iglesia se manifiesta a sí misma: la oración como epifanía de la Iglesia Una, Santa, Católica y Apostólica.

Temas fundamentales

El N° 7 nos dice cuál es la naturaleza de la liturgia. Este número es fundamental para poder comprender todo el documento y la praxis litúrgica de la Iglesia. Así define:
“...se considera la liturgia como el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo. En ella los signos sensibles significan y cada uno a su manera realiza la santificación del hombre, y así el Cuerpo místico de Jesucristo, es decir la Cabeza y sus miembros, ejerce el culto público íntegro”.

Sin embargo, para evitar el liturgismo, en el N° 9 se apura a decir que “la sagrada liturgia no agota toda la actividad de la Iglesia, pues para que los hombres puedan llegar a la liturgia es necesario que antes sean llamados a la fe y a la conversión”

Pero ubica a la liturgia en el lugar exacto al decir: “la liturgia es la cumbre a la cual tiende la actividad de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de donde mana toda su fuerza” (N° 10)

La ordenación de la liturgia corresponde a la jerarquía de la Iglesia (Santa Sede y Obispos) por lo cual, nadie, aunque sea sacerdote debe añadir, quitar o cambiar cosa alguna por iniciativa propia (SC 22)

Toda la vida litúrgica gira en torno a los Sacramentos, que prolongan en la historia la acción salvadora de Cristo.(SC 6)

Presencia salvadora de Jesucristo (SC 7)
La salvación es santificación del hombre y glorificación de Dios.
La liturgia terrena nos hace pregustar de la liturgia celestial (SC 8)
La Eucaristía es la fuente y la cumbre de toda la liturgia (SC 10)
Los fieles deben participar plena, conciente y activamente en las celebraciones litúrgicas. Por eso se hace necesaria la formación del clero y de todo el pueblo de Dios.(SC 14 y ss) Insinúa el sacerdocio común de los fieles que será ampliado en la LG 11 (SC 14)
El Concilio promueve la reforma litúrgica para que en ella el pueblo cristiano obtenga con mayor seguridad gracias abundantes. Establece los principios de inmutabilidad y cambio (SC 21)
Promueve también los ejercicios piadosos, recordando que éstos deben estar orientados a la liturgia, derivar de ella y a ella conducir. (SC 13)
Revaloriza la importancia de la Sagrada Escritura en la liturgia (SC 24)
Recuerda que las acciones litúrgicas no son privadas, sino celebraciones de la Iglesia, le da primacía a las celebraciones comunitarias sobre las privadas y rechaza cualquier tipo de segregación o acepción de personas (SC 26-32)
Presenta al Domingo como día del Señor y eje de todo el Año litúrgico. No considera demasiado los tiempos fuertes. (SC 102.106, 109-110)

Algunos temas destacados de la Constitución

• Facultades de los Obispos

El Concilio mantuvo la dirección de la liturgia en manos de la Santa Sede y de las Conferencias Episcopales y el Obispo diocesano (SC 22). Es una descentralización moderada o compartida. Es un equilibrio difícil de lograr y crea confusiones. El Obispo termina siendo un mero moderador o custodio de la Liturgia.

• Adaptaciones de la Liturgia

Es necesario adaptar los textos litúrgicos a la capacidad de los fieles. Se admiten dos tipos de adaptaciones, ordinarias y extraordinarias.
Las ordinarias son las que permiten los rituales. Las pueden hacer las Conferencias Episcopales (SC 38, 63 y 77)
Las extraordinarias son más profundas y requieren del discernimiento, teniendo en cuenta las tradiciones (SC 40). Las debe aprobar la Santa Sede.
En este punto puede suceder que la celebración litúrgica sea tan explicitada que pierda su sentido simbólico y celebrativo. La liturgia no es primeramente didáctica y moralizante, sino celebrativa de la salvación. Es necesario mediante la catequesis previa introducir en los misterios, pero evitar hacer de las ce-lebraciones clases de liturgia o moral.

• Lenguas vernáculas

Antes del Concilio Juan XXIII había publicado la encíclica Veterum Sapientia, que es una apología del latín como lengua litúrgica.

El Concilio establece que el latín es la lengua oficial de la Liturgia y permite que en algunos casos se usen las lenguas vernáculas (SC 36, 54 y 101). En realidad lo que era una excepción terminó siendo la norma. Por otra parte, muchos para evitar confusiones ideológicas directamente desterraron el latín. Si bien es un tema superado, debería comenzarse un proceso de revalorización de las fuentes para desideologizar el tema. El latín no es patrimonio de algunos. El Papa Benedicto XVI nos llama a usar nuevamente el latín en algunas ocasiones.

• Concelebración eucarística

El Concilio restablece la práctica de la concelebración ya que “manifiesta adecuadamente y realiza la unidad del sacerdocio” (SC 57). Hubo algunos apegados a la celebración particular que se oponían a la concelebración. Sin embargo no es una obligación, sino una posibilidad. Es otro tema superado, aunque algunos grupos aún evitan la concelebración.

• La comunión bajo las dos especies

Es la participación más perfecta en la misa. Fue un tema ampliamente debatido, que el Concilio dejó en manos de la Santa Sede.

• La música sagrada

No se le dio el relieve que tiene como acción simbólica. No se dice demasiado acerca de las condiciones que deben tener los cantos para ser litúrgicos (SC 112)


Objetivo del documento



El número 1 del documento establece los objetivos de la reforma litúrgica iniciada por el Vaticano II.
Los podemos sintetizar de este modo:
a) Acrecentar de día en día la vida cristiana entre los fieles
b) Adaptar mejor a las necesidades de nuestro tiempo las institucines que están sujetas a cambio.
c) Promover la comunión entre los cristianos
d) Fortalecer la evangelización.

El documento parte del seno de la Iglesia, del ad intra. Por eso el primer objetivo se refiere a los fieles católicos. La vida litúrgica es un medio de santificación primordial en su vida cotidiana.
A medida que el mundo se desarrolla y se crean nuevos métodos de comunicación es necesario que la Iglesia se vaya adaptando en aquellas cosas que pueden cambiarse porque no son esenciales a su naturaleza. De allí el segundo objetivo. Es importante resaltar la distinción que este párrafo hace entre lo que está sujeto a cambio y lo que no. Lo mutable y lo inmutable. Este es un tema de gran importancia por las voces que de un lado y del otro se han alzado en contra o a favor de la reforma litúrgica. Algunos se han escandalizado pensando que "les estaban cambiando la religión" y otros se aventuraron a pensar que estábamos frente a una nueva Iglesia. Por eso esa pequeña frase "instituciones que están sujetas a cambio", viene a poner claridad en el asunto.
Es interesante como el Concilio ve en la Liturgia un medio de evangelización e instrumento de diálogo ecuménico. Los dos últimos objetivos abren a la Liturgia al mundo. Como diría el Cardenal Ratzinger, descubren el aspecto cósmico de la Liturgia.