lunes, 18 de mayo de 2009

NIÑOS SANTOS. Antonietta Meo, Nennolina

Durante una charla con el Sr. Obispo, me contó la historia de Antonietta Meo, Nennolina, quién con sólo 6 años de edad, murió con fama de santidad. Sus restos descansan desde 1999 en la Iglesia Parroquial de la Santa Cruz en Jerusalén, en Roma, donde se encuentra la reliquia de la Santa Cruz, muy cerquita de la Basílica de san Giovanni in Laterano, un lugar que tuve el privilegio de conocer.
Como me atrajo mucho la historia del Obispo, que visitó la tumba de Nennolina, acá va esta pequeña reseña:
Nació el 15 de diciembre de 1930 y falleció el 3 de julio de 1937.
En el 1941, la Juventus Femenina de AC promuove la causa de beatificación de Nennolina por el deseo manifestado de Armida Barelli, en aquel momento Presidente Nacional.
El proceso de beatificación, abierto en el 1942, concluye la fase diocesana en el 1972. Pero justo por el motivo de la edad, encontrándose en el límite de aquella que es considerada la edad de la razón, ha creado perplejidad en los que han examinado su caso y no pocas dificultades en el desarrollo del proceso.

Aunque ninguna ley canónica determina en efecto el límite de edad para aquellos a quién se quiere instituir el proceso de beatificación, solamente en el 1981, a través de la Declaración de la Sagrada Congregación de las causas de los santos, la Iglesia ha reconocido plenamente que también los niños pueden cumplir actos eroícos de fe, esperanza y caridad, y pueden por lo tanto ser elevados al honor de los altares.

Antonietta Meo ha recibido el don de vivir fielmente su vocación. Un don por el cuál ha respondido con el acogimiento y la fidelidad típicos de su edad. Con su existencia ha evidenciado un nuevo tipo de santidad en la historia de la Iglesia, posible en todas las edades. Una santidad reconocida antes que por la Iglesia Oficial, por el pueblo de Dios.
Actualmente està todo en las manos de la Sagrada Congregaciòn de las causas de los santos.

Nennolina: la Sierva de Dios.

«Hablamos luego del Paraíso - recuerda la mamá - y dijo: "yo en el Paraíso no me divertiré; quiero trabajar para las almas". "Ya - le respondí - como S. Teresita, que prometió una lluvia de rosas... y tú qué vas a hacer caer?". Mirando fijo en el vacío respondió: yo haré caer una lluvia de azucenas"».

Nennolina desaparece cuando tenía solo seis años y medio. Muchas conversiones y gracias seguirán a su muerte. Billetitos de oraciones y de agradecimientos cubrirán su tumba en el cementerio del Verano. En el curso de un año ya son publicadas dos biografías suyas. Otras aparecerán en muchos otros idiomas en los años siguientes.

En diciembre de 1938, el padre pide que la piernita amputada y enterrada sea reunida a los restos: 31 meses después de la amputación y dieciséis de la muerte de Antonietta, el miembro articulado se encuentra completamente intacto. Colocado en una cajita es puesto junto al ataùd con el cuerpo.

La fama de santidad de Nennolina se divulga tan espontànea e inmediatamente que sobrepasa no solo los confines de su Parroquia de la Santa Cruz en Jerusalén, sino también los confines de Roma y de Italia.

«He aquí la obra extraordinaria de Dios! La gracia de Dios escoje a las almas como quiere». Este es el comentario, a propósito de las cartas, de Padre Pierotti, que fue el primero que se encargó de la edición en el 1951. Valiosas también en el Prefacio, las palabras de Padre Agostino Gemelli: «En el caso de Antonietta Meo...es evidente la obra de Dios. Solo así se explican las frases, los juegos, el comportamiento, toda la vida de Nennolina».

«De verdad el Señor ludit in orbe terrarum - escribió el futuro Paolo VI , en aquél momento Secretario de Estado, leyendo la biografía y las cartas de Antonietta Meo -y obrando en las almas por las vías más misteriosas, conceda a muchos de penetrar, a través de la lectura de la vida de esta niña de casi siete años, el misterio de aquél saber, que se esconde a los soberbios y se revela a los más pequeños».

Cuando todavía estaba viva se recurría a la oración de Antonietta como a la oración de una niña que sufría tanto. Después de su muerte se comenzó a buscar su intercesión. Su profecía, «Yo haré caer una lluvia de azucenas», continúa realizándose. Las intervenciones milagrosas se subsiguen.

Mientras el proceso de afirmación de las virtudes sigue adelante, se multiplican las manifestaciones de reconocimiento. Por unos años, el interés pareció disminuir, luego de improviso brotó más vivo que nunca. A la Basílica de la Santa Cruz en Jerusalén llegan solicitudes de imágenes y de reliquias.

Y exactamente en la Basílica que custodia las reliquias de la Pasión de Jesús, fueron trasladados también sus restos mortales. Era el día 5 de julio del 1999, después de 62 años exactos del día de su funeral.

Si el proceso se desenvolverá rápidamente, esta niña romana será pronto la más joven de las santas, no mártir, elevada a los honores de los altares, la más joven en la historia de la cristianidad.

A la vida de Nennolina fueron aproximadas estas palabras de San Agostino:

«Señor Dios, no te pregunto por qué me la quitaste; te agradezco por habermela dado y por el tiempo que la tuve.

Quiera Dios que pronto la veamos en los Altares!!!
Para conocer más de su vida pueden entrar en
http://www.aciprensa.com/vejemplares/nennolina.htm
o http://www.youtube.com/watch?v=3GR2fZtDx6k